Aborto y Anticoncepción
¿Somos seres humanos desde la concepción? Negar esta naturaleza implicaría introducir el caos en todo lo que existe. La justificación de la anticoncepción o el aborto, negaría el orden lógico.
En la sociedad actual, no dudamos en calificar como logros evidentes de la humanidad, los dirigidos a velar por la dignidad amenazada de la persona: la lucha contra la esclavitud en todas sus formas, destierro del trabajo infantil, la abolición de la pena de muerte, la supresión de la tortura y de los trabajos forzados, y muchos más, pero observamos con alarma y honda preocupación que, a pesar de estos logros, crecen en nuestra sociedad otras agresiones a la persona y a sus derechos fundamentales: En particular, la tibieza en defender el derecho a la vida, que es objeto de agresiones inequívocas, argumentando por ejemplo que el aborto es un derecho. Aquí te proporcionamos contenidos útiles para la reflexión.
En la imagen una representación en Canadá del Ángel de la Guarda llorando junto a la cuna del niño no nacido que le hubiera tocado cuidar.
¿A qué te enfrentas en un aborto?
El aborto no solo termina con una vida, también deja heridas profundas en el corazón de la mujer. Más allá del momento, la mujer enfrenta dolor físico, secuelas emocionales y una carga psicológica que puede durar años. No es una salida, es una cicatriz que marca para siempre. Las mujeres merecen apoyo, alternativas y compasión, no soluciones que las dañen por dentro.

1. Efectos físicos del aborto
EFECTOS FÍSICOS DEL ABORTO
Los riesgos de un aborto para la madre son muchos, tanto físicos como psicológicos. En este apartado nos centraremos en explicar a qué situaciones de riesgo, incluso vital, puede enfrentarse una madre exponiéndose a unas técnicas invasivas y agresivas. Y aunque el número oficial de mujeres que fallecen por abortos puede ser cuantitativamente “pequeño”, incluso una sola muerte es demasiada.
A continuación, examinaremos los riesgos:
- Enfermedad Inflamatoria Pélvica (EIP)
La EIP es una patología potencialmente mortal, conlleva a un alto porcentaje de infertilidad posterior y, a su vez, a un mayor riesgo de embarazo ectópico. Los efectos a largo plazo de la EIP pueden ser devastadores para la mujer. Además, la EIP puede dañar y cicatrizar permanentemente las trompas de Falopio, o incluso estenosarlas (bloquearlas). En este sentido, si una mujer padece una enfermedad de transmisión sexual (ETS) en el momento del aborto, sus riesgos de desarrollar EIP son aún mayores.
- Hemorragia / Trombosis
El riesgo de hemorragia es, junto a la infección, el principal del procedimiento abortivo. La hemorragia puede llegar a ser muy intensa y requerir transfusión sanguínea. Suele ceder con un legrado uterino, pero si la pérdida de sangre es muy importante puede complicarse con una patología denominada Coagulación Intravascular Diseminada (CID). La CID consiste en un cuadro clínico extremadamente grave producido por un consumo patológico de factores de coagulación, por lo que el organismo se queda sin las sustancias que hacen coagular la sangre, por lo que la hemorragia se hace más profusa, además de producirse fenómenos trombóticos. Este cuadro puede llevar a fallo multiorgánico y riesgo de muerte.
- Placenta Previa
La placenta previa ocurre cuando la placenta se superpone al cuello uterino durante el embarazo, pudiendo causar una hemorragia severa durante el parto. Un artículo de 2017 que examina esta condición encontró una “asociación significativa” entre los abortos inducidos y la placenta previa posterior. Según un informe de 2006 de la Catholic News Agency, y tras varios estudios analizados en un artículo destacado de 2003 en la Obstetrical and Gynecological Survey estadounidense, muestran que el aborto inducido también aumenta el riesgo de placenta previa en un 50%.
- Embarazos ectópicos
El aborto también está relacionado con un aumento en los embarazos ectópicos en futuros embarazos, lo que puede amenazar seriamente la fertilidad futura de la madre e incluso su vida. El informe de la Catholic News Agency citado anteriormente indica que “las estadísticas muestran un aumento del 30% en el riesgo de embarazo ectópico después de un aborto y un aumento del 160% en el riesgo después de dos o más abortos”.
- Laceraciones cervicales
Las laceraciones cervicales, o desgarros en el cuello uterino, ocurren hasta en un 3% de los abortos en el segundo trimestre. Otros daños cervicales menos severos, pero no diagnosticados, también pueden finalizar en incompetencia cervical, parto prematuro y en complicaciones durante el trabajo de parto. El daño cervical y las lesiones del endometrio causadas por el aborto también pueden aumentar el riesgo de desarrollo anormal de la placenta en embarazos posteriores, lo que incrementa el riesgo de defectos de nacimiento.
- Perforación uterina
Entre 0.1 y 3.0 por cada 1,000 mujeres que abortan sufren perforaciones en el útero durante un aborto por aspiración al vacío. Lamentablemente, la mayoría de las perforaciones causadas durante los abortos del primer trimestre no se diagnostican. Estas lesiones pueden causar problemas futuros que requieran una histerectomía (extirpación del útero) u otra cirugía correctiva importante. Las perforaciones que ocurren durante abortos en etapas avanzadas del embarazo son más frecuentes y casi siempre de gravedad.
- Infecciones / Sepsis
La infección, como explicábamos en el apartado de la hemorragia, se puede producir por cualquiera de los mecanismos que hemos descrito anteriormente. Tanto por afectación del tracto genital, por laceración intestinal o pélvica, o simplemente causada por la manipulación de la vía intravenosa. La sepsis, que es una complicación muy grave de la infección, es la respuesta extrema del cuerpo a esta y es una emergencia médica. Sin un tratamiento rápido, puede provocar fallo multiorgánico e incluso la muerte.
En este apartado hemos enumerado, tan solo, los riesgos más, relativamente, frecuentes de la práctica abortiva. Sin embargo, existen también otros que, no por su menor frecuencia no deben ser tenidos en cuenta, como neumonías por aspiración, complicaciones anestésicas, reacciones adversas a medicación, atelectasias pulmonares, perforaciones renales, etc.
Dr. Pietro C. Alvero, Médico de Urgencias Hospitalarias y Especialista en Oncología Radioterápica.
Fuente: Human Life International, Mayo Clinic, Red Madre.

2. Efectos psicológicos del aborto
EFECTOS PSICOLÓGICOS DEL ABORTO
De todas las víctimas del aborto, son quizás la madre y el padre los más olvidados de todos. Para los defensores de la vida, la muerte de un niño inocente tiende a ser el foco. Para los defensores del mal llamado derecho a decidir, reconocer a los padres como víctimas debilitaría su propia posición. Sin embargo, la realidad es que las personas que toman la decisión de abortar también son víctimas. El trauma que experimentan tanto durante, como después del aborto, rara vez recibe la atención que merece. Pero ese trauma es real, y quienes lo sufren necesitan ayuda.
Veremos ahora, de forma sencilla, los principales efectos psicológicos que sufren, en su mayoría, aquellos (mujeres y hombres) que finalmente acaban tomando la decisión de abortar.
- Síndrome Post-Aborto (SPA)
Es importante, antes de definir lo que es el Síndrome Post-Aborto, aclarar otro concepto clave: el Trastorno de Estrés Postraumático, o TEPT.
El Trastorno de Estrés Postraumático es una condición en la que se producen reacciones psicológicas graves asociadas a un evento negativo e impactante. Estas reacciones perduran mucho tiempo después de que el evento haya terminado e interfieren con la vida del individuo. Los síntomas comunes del Trastorno de Estrés Postraumático incluyen pensamientos intrusivos, como pesadillas y flashbacks, evitaciones para recordar el evento, hiperreactividad y otros problemas cognitivos. Este trastorno está reconocido en los dos manuales más importantes de Psiquiatría y de Enfermedades, respectivamente, del mundo: el DSM-V de la Asociación Americana de Psiquiatría, y el CIE-11 de la Organización Mundial de la Salud. El Trastorno de Estrés Postraumático puede ser causado por una serie de situaciones diferentes. Estos incluyen traumas infantiles, guerras, violaciones, accidentes o, incluso, simplemente la presencia de eventos perturbadores. Es importante destacar que lo que puede causar un TEPT en una persona no necesariamente puede causarlo en otra. Las personas reaccionamos de manera muy diferente ante eventos muy similares.
El Síndrome Post-Aborto, o SPA, es una definición que describe reacciones muy similares a las del Trastorno de Estrés Postraumático pero sucedidas tras un aborto, es decir, el aborto es el desencadenante del Trastorno de Estrés Postraumático. Estas incluyen, como hemos mencionado, la evitación de sucesos que desencadenen recuerdos sobre el aborto o pesadillas sobre bebés o sobre el procedimiento. También puede incluir conductas de autocastigo, como autolesiones, depresión grave y angustia mental. Si bien, las personas pueden desarrollar síntomas de TEPT por muchas razones diferentes, se deben cumplir ciertos criterios para un diagnóstico estricto. En primer lugar, la persona debe haber estado expuesta a la muerte, lesiones o formas de violencia sexual reales o amenazadas. Puede ser una experiencia personal o una situación que la persona presenció y, además, la persona debe tener un mínimo de síntomas específicos. Estos pueden incluir intrusión (como pesadillas), evitación de recuerdos del evento traumático, hiperactividad y reacciones exageradas.
- Pero… ¿Es real el Síndrome Post-Aborto?
Cuando se habla de los síntomas del Trastorno de Estrés Postraumático, muchos proabortistas tienden a dudar de que el aborto cause TEPT, e incluso acusan a terceros de inventar el SPA para promover objetivos políticos o religiosos. Sin embargo, en 1992 la psiquiatra Anne Speckhard y el psicoterapeuta Vincent Rue acuñaron este término para describir determinadas manifestaciones psicológicas. Dicho término, como explicaremos, no se encuentra reconocido por el DSM-V (manual oficial de la Asociación Americana de Psiquiatría) ni por el CIE 11 (Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud), sin embargo, sí que incluye todas las características del Trastorno de Estrés Postraumático, como hemos explicado anteriormente, cuyos criterios diagnósticos sí que están recogidos en ambas guías y que recogen la similitud de los síntomas con la única diferencia de que el trauma, en este caso, es concreto y preciso: el aborto.
No obstante, y por si no fuese suficiente con la notoria claridad y similitud de ambos trastornos, para aclarar todas las dudas sobre esta cuestión, exponemos los resultados del estudio «Categorización diagnóstica del síndrome postaborto», publicado en la revista científica Actas Españolas de Psiquiatría, en la que se obtienen las siguientes conclusiones sobre el Síndrome Post-Aborto:
“En definitiva, se puede concluir que el Síndrome Post Abortivo (SPA) es un Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT), aunque con ciertos síntomas específicos muy relevantes para la comprensión vivencial del paciente y la intervención psicoterapéutica, y que sería muy útil dotar definitivamente al SPA de entidad categorial de TEPT mediante su inclusión en las clasificaciones internacionales. Asimismo, consideramos necesarios y urgentes estudios empíricos y libres de sesgos ideológicos que muestren la verdadera incidencia y la prevalencia real del SPA en nuestra población, de forma que se puedan proveer los recursos necesarios y establecer los adecuados programas de prevención y cuidados de las mujeres afectadas y de sus familias”.
- Síndrome Post-Abortivo en hombres
Si bien la investigación sobre las secuelas del aborto tiende a centrarse en las mujeres, estas no son las únicas afectadas por este procedimiento. Hay evidencia que sugiere que los hombres también sufren una angustia significativa después de los abortos. Desafortunadamente, se han realizado muy pocas investigaciones sobre las reacciones mentales de los hombres a los abortos. En los pocos estudios que se han realizado sobre el tema, los síntomas del Trastorno de Estrés Postraumático parecen ser comunes entre los hombres después del aborto. Muchos sufren ansiedad, sentimientos de impotencia y flashbacks. Muchos tratan de evitar cualquier recordatorio del aborto. Particularmente dado que los hombres a menudo no sienten el derecho a llorar, tienden a aislarse y reprimir sus emociones. Esto puede hacer que la experiencia del aborto sea aún más difícil para ellos, lo que lleva a la disociación y a varios síntomas de evitación del TEPT. A menudo también tienden a tener reacciones de duelo y trauma más complicadas o tardías que las mujeres. Debido a la falta de investigación, es difícil determinar qué porcentaje de hombres en general experimentan TEPT. Sin embargo, a partir de la limitada investigación disponible, parece que hasta el 40% de los hombres podrían sufrir de TEPT debido al aborto.
- Suicidio
Otro dato de interés es que el nacimiento del niño protege a la madre de las ideas suicidas y de la realización del suicidio, bajando la tasa anual en mujeres en edad reproductiva en asociación con el nacimiento. Un dato que se ha repetido, incluso con efectos más protectores, en los estudios epidemiológicos de otros países. Por el contrario, un porcentaje alto de las mujeres que se suicidan han abortado voluntariamente. Es posible que el porcentaje más alto de riesgo de adicción a drogas y suicidio, o intentos de suicidio, respecto a otros trastornos, pueda ser consecuencia de los esfuerzos para bloquear o evitar el dolor psicológico asociado y tenga relación con la necesidad de buscar ayuda profesional.
En resumen, la investigación poblacional revela que el aborto estaba asociado con un aumento de riesgo en un 34% en desórdenes de ansiedad; un mayor riesgo de depresión en un 37%, un mayor riesgo de abuso de alcohol en un 110%, y un mayor riesgo de uso y abuso de marihuana en un 220%. El aborto también estaba vinculado con un mayor riesgo de intento de suicidio en un 155%.
- ¿Cómo cambia el cerebro un aborto inducido?
Un dato muy importante y del que pocas veces se da la suficiente información es el cambio real que sufre el cerebro de una mujer tras un aborto inducido.
Un estudio realizado por la doctora española Natalia López Moratalla, catedrática de la Universidad de Navarra, demuestra que el estrés traumático provoca cambios en áreas cerebrales implicadas en la regulación de las emociones y de la memoria emocional. Alteraciones que se traducen clínicamente en una respuesta de temor, síntomas de alerta, vigilancia y sobresalto y alteraciones de memoria, que pueden tener un carácter permanente. Ese conjunto de “síntomas”, que obviamente perciben los demás, pueden y deben ser aliviados, y cuanto antes mejor. Las iniciativas sociales y profesionales que prestan esa ayuda son de un enorme valor. El término Síndrome Post-Aborto, no es admitido oficialmente en cuanto que la definición de un síndrome corresponde a la comunidad científica, en este caso la Psiquiatría. Sin embargo, la denominación no justifica estigmatizar esa ayuda humana, psicológica, personal, como creadora de escrúpulos de conciencia o inductora al miedo. Las mujeres, debido a la acción de los estrógenos, son más propensas que los hombres a esta grave enfermedad psiquiátrica. Y, por otra parte, las diferentes personas tienen mayor o menor predisposición a desarrollar el trauma ante un evento estresante debido a factores de variabilidad genética. Más aún, experiencias de abuso o maltrato durante la infancia predisponen a una persona a la vulnerabilidad. Esta información científica puede aportar racionalidad a los acalorados debates sobre el derecho de las mujeres a optar por el aborto, o despenalizarlo en algunos supuestos entre los que se encontraría la salud psíquica de la gestante. Es una información que debe estar al alcance de legisladores, de la sociedad y muy especialmente de las mujeres en situación de buscar el aborto como salida a una situación difícil y a veces dramática. El aborto aumenta el riesgo de trastornos psiquiátricos máxime aún si la mujer ha sufrido anteriormente eventos traumáticos y/o sus marcadores biológicos muestran vulnerabilidad. Nunca, incluso si el embarazo no deseado genera alteraciones, el aborto es una medida terapéutica.
Estudios epidemiológicos cuantitativos muestran un riesgo entre moderado y muy alto de trastornos psiquiátricos tras el aborto inducido, especialmente de conductas adictivas e ideación de suicidio. Las mujeres que se habían sometido a un aborto experimentaron tienen un 81% más de riesgo de problemas de salud mental. Y cerca del 10% de la incidencia de problemas de salud mental se demostró que es atribuible al aborto.
- Reflexiones finales
En resumen, como ha quedado evidenciado por multitud de estudios científicos y de expertos, el aborto inducido puede generar trastornos psiquiátricos como respuesta a una desregulación emocional que, dependiendo de la predisposición genética, además de otros factores, desencadena cuadros de ansiedad, conducta, emocionales, e incluso, síndromes mucho más graves como el Trastorno de Estrés Postraumático.
Dr. Pietro C. Alvero, Médico de Urgencias Hospitalarias y Especialista en Oncología Radioterápica.
Fuente: Speckhard, Anne C. Rue, Vincent M. Postabortion Syndrome: An Emerging Public Health Concern; Actas Españolas de Psiquiatría; Ars Médica, Revista de Ciencias Médica; Natalia López, Cuadernos de Bioética, Asociación Española de Bioética y Ética Médica.
Uso del tejido fetal
El uso de tejido fetal en el desarrollo de vacunas y cosmeticos es una practica que viene de lejos. El nuevo uso utilitario que hacen muchos laboratorios de “las personas como productos” es una labor sofisticada que no es visible para el ojo humano, y es por ello que en este espacio abundamos en detalles para que estando informado tomes tus decisiones.

1. Uso del tejido fetal
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por Dr. NN, Médico ?????
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2. Produccion de vacunas en general
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3. Vacunas del COVID-19
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4. Fabricación de Cosméticos
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Anticonceptivos y abortivos
La vida es el mayor regalo y no un obstáculo que eliminar. Los anticonceptivos y abortivos no son soluciones, son barreras que nos alejan del respeto y la responsabilidad. Defender la vida es elegir caminos que honren su valor desde el principio. Asumamos nuestras decisiones con amor y conciencia, protegiendo siempre la vida que comienza a crecer.

1. Píldora abortiva
Píldora abortiva
La píldora abortiva, también conocida con el popular (y supuestamente inocuo) nombre de «píldora del día después», es un fármaco que impide la implantación del embrión, ya fecundado, en el útero materno. Consiste, básicamente, en una sobredosis hormonal que afecta a la producción de progesterona, hormona imprescindible en el proceso de implantación. Este hecho, si bien está legalizado desde hace muchos años, no deja de estar exento de controversia, ya que, como explicamos, no evita la fecundación del embrión, sino una vez ya realizada, impide su implantación en el útero materno y, por ello, evita su desarrollo conllevando su expulsión inmediata. Expulsión que se realiza de forma forzada de un embrión humano, pues la germinación del ADN paterno y materno ya se ha realizado y, por lo tanto, desde ese momento se trata de un individuo diferente, otro ser humano, con su propio ADN único y diferenciado.
Hagamos ahora un experimento mental. Con la ayuda de nuestra imaginación novelesca, histórica y filmográfica, viajemos hasta la Europa del año 1941.
Visualicemos a una joven madre, de rasgos judíos, que llega apresurada a una estación de tren con un bebé de apenas unas horas en sus brazos, en una nevada tarde de enero. Tras ella, a lo lejos, se atisba una brigada de la SS nazi. La mujer intenta por todos sus medios convencer a los pocos pasajeros del tren que allí se encuentran, que se queden al bebé para poder ponerlo a salvo y de esta forma salvarle la vida. Tras infructuosos esfuerzos la puerta se cierra, dejando a la madre y al bebé de pocas horas en el frío andén, momento en que llega la brigada de las SS. Los soldados nazis se llevan a la fuerza la madre entre gritos desolados, dejando al bebé sobre la nieve del gélido arcén solo y sin abrigo. Tras pocas horas, el bebé muere.
Duro, ¿verdad?
Imaginemos, ahora, que ese mismo bebé es un embrión ya germinado cuyo ADN también es humano, único y con la misma dignidad (tan solo 9 meses más joven que el de nuestra historia). Este embrión precisa de un «transporte», el útero, para su largo viaje de 9 meses. Imaginemos ahora que, por motivos condicionales, causales, circunstanciales, económicos, coyunturales, autosuficientes, egocéntricos o mal asesorados, alguien decide de forma artificial y química «cerrar la puerta del tren» a ese embrión, es decir, evitar su implantación fisiológica en el útero. Ese embrión humano, ese ser humano de pocas horas de gestación, queda a la intemperie sin un útero protector al que aferrarse para poder subsistir y, finalmente, muere.
¿Cómo llamaríamos a ese proceso? ¿Tiene alguna similitud con el anterior?
Tras este resumen, bastante ilustrativo, pasemos a explicar, brevemente, en qué consiste el proceso científico de la píldora abortiva.
LA RU-486
La RU-486 es un fármaco que se utiliza, casi exclusivamente, para producir abortos de embriones de pocos días de vida. La RU-486 es una antiprogesterona. Actúa impidiendo que la hormona progesterona desarrolle sus normales acciones fisiológicas.
Acciones de la RU-486
Administrada antes de la implantación del embrión impide que el endometrio experimente los cambios necesarios para poder acoger adecuadamente a dicho embrión.
Administrada después de la implantación del embrión, bloquea la actividad secretora del endometrio e inicia la erosión endometrial, lo que induce a que se produzca el desprendimiento del embrión de la pared del útero.
Además, al no poder la progesterona desarrollar su normal actividad biológica, aumenta la contractilidad del músculo uterino y facilita el reblandecimiento y dilatación del cérvix, todo lo cual conduce a la expulsión del embrión.(N Engl J Med 329: 404-12, 1993)
Efectos secundarios
Contrariamente a lo que esperaban sus promotores, los efectos secundarios negativos de la RU-486 son manifiestos, destacando sobre todo las hemorragias vaginales, que en un 5% de los casos pueden ser importantes, requiriendo en algunas circunstancias incluso una transfusión de sangre.
Problemas éticos propios de la píldora
La utilización de la píldora abortiva por tener como finalidad inmediata terminar con una vida humana, merece la misma valoración moral y ética que el aborto quirúigico. Por ello, todo lo dicho en este campo sobre este último, es aplicable a la RU-486.
Sin embargo, determinados matices de la RU-486, especialmente la posibilidad de poder ser utilizada como método de planificación familiar, hacen que su valoración moral y ética requiera algunas consideraciones especiales.
En efecto, cuando se llevaron a cabo las primeras experiencias con la RU-486, se pensó, y así parece que también lo preveían sus promotores, que podría servir para realizar el aborto en un ámbito estrictamente personal. Se creía que al no requerir todo el acompañamiento sanitario que el aborto quirúrgico conlleva, este se transformaría en un acto personal e íntimo. La mujer adquiriría la píldora, se la tomaría, y en su propia casa, tras una regla más o menos abundante, terminaría con ese embarazo no deseado.
Esto abría una perspectiva, en cuanto al incremento de abortos se refiere, realmente imprevisible. Especialmente si, de esa forma, el aborto por la RU-486, se pudiera convertir en el más eficaz y sencillo método de planificación familiar. ¿Puede atisbarse lo que podría significar, en número de vidas humanas perdidas, el que se pudiera introducir la RU-486, como medio de planificación familiar, especialmente en el tercer mundo?. Pensando en esta finalidad, se estaba tratando de introducir el concepto de «regulador de la menstruación» para la RU-486. Con ello, se pretendía que la palabra aborto desapareciera del entorno de la RU-486, y con ello, toda la carga ética negativa que a esa palabra va unida. Se trataría únicamente de que cuando una mujer tuviera un retraso de la regla, se pudiera tomar la RU-486, y la regla le volvería. ¡Ni se plantearía siquiera la posibilidad de que estaba embarazada! ¡Ni mucho menos que estaba terminando con una vida humana, en este caso de un hijo suyo!.
Para los abortistas, la batalla del aborto estaba ganada, simplemente por la vía de suprimirlo conceptualmente, pero el número de vidas humanas que se podrían perder, en este siglo XXI que se avecina, serían incalculables.
En este sentido, en el de intentar que el término aborto pudiera desaparecer del entorno de la RU-486, son muy significativos los comentarios que aparecieron en la prestigiosa revista médica New England Journal of Medicine (327; 1088-9,1992), ironizando sobre el hecho de que la RU-486 pudiera ser un fármaco abortivo.
Se comentaba en ese artículo, «algunos arguyen, incorrectamente, que el embarazo empieza con la fertilización, por lo que si la mifepristona actúa previniendo la implantación del concebido, es un fármaco abortivo. El embarazo comienza, sin embargo -se afirma en dicho artículo- cuando la implantación se completa. La implantación empieza a los cinco o seis días después de la fertilización y se completa ocho días después. Cuando un óvulo humano es fertilizado in vitro, no se puede decir que la mujer esté embarazada hasta que el embrión se ha implantado definitivamente en su útero. Lo mismo se puede decir para la fertilización in vivo. Ya que la acción contraceptiva de la mifepristona ocurre antes de la implantación, no se puede decir que sea un fármaco abortivo». Realmente es impresionante la manipulación de la verdad científica realizada por una revista médica de tan notable prestigio, con la única finalidad de tergiversar la realidad ética de la utilización de la RU 486.
Sólo dos consideraciones a los anteriores comentarios. Primera, es verdad que el embarazo empieza cuando la implantación se consolida, unos catorce días después de la fertilización del óvulo. Pero, también es verdad, que la vida humana no empieza con el embarazo, empieza precisamente, catorce días antes, con la fertilización. Por tanto, cualquier interrupción de esa vida incipiente es un aborto. El embarazo es una etapa de la vida humana, no determina su inicio.
Segunda consideración, está aún, si cabe, científicamente más flagrante. La RU-486 no actúa solamente impidiendo la implantación, sino también favoreciendo la desimplantación, es decir interrumpiendo el embarazo, una vez que la anidación del embrión en el útero se ha producido. Esto está científicamente demostrado. Por lo tanto su acción abortiva, microabortiva si se quiere, es indudable.
Volviendo al tema inicial, la posibilidad de utilizar la píldora abortiva como método de planificación familiar. Dicha utilización se fundamentaba, como ya hemos comentado, en los escasos efectos secundarios que la RU-486 parecía que iba a tener. Es decir en los escasos efectos traumáticos de la RU-486 para la mujer. Esto, que en principio parecía que podría ser así, luego no pudo confirmarse, al comprobarse que la RU-486 tenía unos amplios efectos secundarios, por lo que su utilización se debería circunscribir exclusivamente al ámbito hospitalario, y con el exclusivo fin de abortar; por ello la posibilidad de utilizar la RU-486 como método de control demográfico se alejaba.
Sin embargo, según datos muy recientes sobre experiencias realizadas en Escandinavia (Fértil Steril 79; 813-6, 1998), parece que, administrando pequeñas dosis de mifepristona (RU-486), se podría conseguir un estado de esterilidad permanente en la mujer, al convertir su endometrio en una superficie en la que el embrión no pudiera implantarse. Esta posibilidad de utilizar la RU-486 como método de planificación familiar reabriría de nuevo el debate ético sobre lo que podría suponer, en cuanto al coste de vidas humanas se refiere, el utilizar un sistema de planificación familiar basado en un método abortivo.
Actualidad en España
En España, actualmente, la expedición de la píldora abortiva es gratuita, sin receta médica y desde los 16 años de edad. Por ese motivo, desde Abogados Cristianos, están realizando una recogida de firmas para exigir al Ministerio de Sanidad, ya que la ley permite su administración, por lo menos, y hasta que se consiga de nuevo su prohibición, que la prescripción de la píldora abortiva deba ser realizada por un facultativo médico. Si quieres colaborar con la petición puedes acceder a través del siguiente enlace:
Dr. Pietro C. Alvero, Médico de Urgencias Hospitalarias y Especialista en Oncología Radioterápica.
Fuente: Catholic.net, Fértil Steril, New England Journal Medicine, Abogados Cristianos.

2. Procedimiento abortivo quirúrgico
Procedimiento abortivo quirúrgico
El procedimiento quirúrgico del aborto, no trata exclusivamente de un solo proceso, sino que conlleva diversos métodos o técnicas quirúrgicas, algunas extremadamente agresivas, dependiendo de la semana de gestación, de la situación de la madre o de diversos factores.
Estos procedimientos son llevados a cabo a cabo a partir de la semana 8 de gestación, pero, incluso, se producen desde la 5ª semana . Los métodos más habituales en España son los siguientes:
Aborto por Succión
El 85% de los abortos en el mundo se llevan a cabo por este método en el primer trimestre del embarazo (hasta las 12 semanas). Se dilata el cuello del útero y se inserta un tubo hueco que tiene un borde afilado y está conectado a un potente aspirador que, mediante una fuerte succión, aspira el feto.
Algunas complicaciones para la mujer son: infecciones, laceración o perforación del útero, trauma renal, embolias, trombosis, esterilidad.
Dilatación y Curetaje (D Y C)
Se utiliza a finales del primer trimestre o principios del segundo, cuando el feto ya es demasiado grande para ser extraído por succión. Este método de aborto es similar al de succión, pero esta vez se utiliza una cureta o cuchillo provisto de una cucharilla con una punta afilada con la cual se desprende todo el saco gestacional del útero con el fin de facilitar su extracción por el cuello del útero.
Este procedimiento tiene más complicaciones que el método de succión.
Dilatación y Evacuación (D Y E)
Comúnmente utilizado como método abortivo cuando el segundo trimestre del embarazo está bien avanzado o durante el tercer trimestre. Se administran fármacos para la dilatación cervical, como las prostaglandinas. Una vez dilatado el cuello del útero se procede a la extracción fetal. Para ello en ocasiones son necesarias unas pinzas o tenacillas (tipo forceps) para extraer el cuerpo. La complicación más importante es cuando no se consigue extraer la cabeza del feto, entonces deben ser más agresivos y fracturarla para facilitar su extracción. El hueso fracturado puede lesionar el útero y otras partes blandas de tu aparato genital.
Este método tiene las mismas consecuencias para la mujer que los demás, pero es mucho más peligroso. Cuanto más avanzado esté el embarazo mayor es el riesgo de complicaciones y muerte para la mujer.
Inyección Salina
Este método se utiliza solamente después de las 16 semanas. El líquido amniótico que protege al feto es extraído y se inyecta en su lugar una solución salina concentrada. El feto ingiere esta solución que le produce la muerte por envenenamiento, deshidratación, hemorragia del cerebro y de otros órganos, y convulsiones. Esta solución salina produce graves quemaduras en la piel del feto. Unas horas más tarde, la madre comienza un ‘parto’ prematuro y da a luz.
Algunas de las complicaciones de este tipo de aborto para la mujer son la ruptura del útero, embolismo pulmonar y peligrosos coágulos intra-vasculares.
Parto Parcial (D Y X)
Este método de aborto se lleva a cabo durante el segundo o tercer trimestre del embarazo. El procedimiento es el siguiente: se introducen unos fórceps en el útero que, guiados por ecografía, sujetan los pies del feto y tiran de ellos hasta que la parte inferior de la cabeza está expuesta. Después se utilizan unas tijeras para abrir la base nucal, a través del cual se introduce un catéter para succionarle el cerebro. Una vez hecho esto, el cuerpo inerte del feto es ‘evacuado’. En algunas ocasiones se le decapita.
Histerectomía o Cesárea
Este procedimiento se lleva a cabo durante los últimos tres meses del embarazo. Consiste en realizar una cesárea, y extraer el feto. En ocasiones el feto nace vivo y tarda horas en morir, -se han documentado casos de más de 12 horas-. Al ser una intervención quirúrgica mayor, tiene frecuentes complicaciones.
Es evidente que el procedimiento abortivo es un acto violento, cruel, antinatural, éticamente reprobable y, además, contrario a la deontología médica. Tanto es así que el propio juramento hipocrático rechaza el aborto de forma explícita, por lo que, independientemente de cuestiones religiosas, la propia deontología debería impedir a cualquier profesional de la medicina practicar este tipo de actos; actos que atentan nada más y nada menos que contra el bien que juraron proteger: la vida.
A este respecto, cada día hay más médicos que se han posicionado contra esta barbarie, inscribiéndose como objetores. Por eso trasladamos la petición que desde Abogados Cristianos han formulado para firmar a favor de que no se realice un listado público de estos médicos objetores de conciencia:
«Hace apenas unos días se conocieron los datos de aborto 2023 en España. Con 103.097 niños asesinados en el vientre de su madre, la cifra es la más alta de los últimos 10 años. A pesar de esto, el Ministerio de Sanidad se muestra insatisfecho con el número de abortos practicados en los hospitales públicos, donde la mayoría de los médicos son objetores de conciencia. Por ello, están elaborando un protocolo que conseguirá señalar y discriminar a los profesionales que no estén dispuestos a abortar un niño. Aún no se sabe cuándo verá la luz, pero sí que las implicaciones para los sanitarios que se nieguen a matar a un ser indefenso pueden ser terribles. ¿Tendrán desventaja frente a sus compañeros a la hora de obtener plaza en una oposición? ¿Se verán obligados a trasladarse a otro hospital, ante la llegada de alguien que sí esté dispuesto a practicar un aborto?»
Dr. Pietro C. Alvero, Médico de Urgencias Hospitalarias y Especialista en Oncología Radioterápica.
Fuente: Red Madre, Abogados Cristianos
Lo que no te han dicho de los anticonceptivos
A través de estos post conoceremos cómo funcionan realmente los “anticonceptivos” y descubriremos alternativas seguras. A San Pablo VI, autor de la Encíclica Humanae Vitae, pedimos su intercesión para que, conociendo toda la verdad, bondad y belleza de la sexualidad, sepamos vivirla de acuerdo con el plan de Dios.
creditos Germán Gutiérrez y Carolina Ochoa
basada en los artículos publicados por Human Life International en su página web (https://www.hli.org/contraception-facts/).
1. ¿Cómo funcionan realmente los anticonceptivos hormonales: píldoras, implantes e inyecciones
La píldora anticonceptiva se volvió ampliamente utilizada a finales de la década de 1960 y ayudó a impulsar la revolución sexual. Durante el último medio siglo, se han fabricado tres clases de píldoras anticonceptivas: la de alta dosis, la combinada o de baja dosis y la minipíldora.
A partir de 1975, los fabricantes de píldoras anticonceptivas, en reacción a la amplia publicidad sobre los graves efectos secundarios de las píldoras de alta dosis, redujeron el contenido de estrógeno y progestina en sus productos. Las antiguas píldoras de “alta dosis” dieron paso a las nuevas píldoras de “baja dosis”, las cuales tienen menor potencia estrogénica. Ortho (antiguamente parte de Johnson & Johnson), G.D. Searle (adquirida por Monsanto) y Syntex, los tres mayores fabricantes de píldoras “anticonceptivas” en los Estados Unidos, retiraron voluntariamente sus productos de alta dosis del mercado estadounidense en 1988 por consejo de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA).
Las píldoras de baja dosis contienen progestina y estrógeno artificial en forma de etinilestradiol o mestranol, mientras que las minipíldoras son solo de progestina.
Las píldoras de baja dosis y las minipíldoras tienen tres modos de acción:
• El primero es la supresión de la ovulación. Cuando una mujer ingiere píldoras anticonceptivas, su cuerpo es “engañado” hormonalmente para actuar como si estuviera continuamente embarazada. Al suprimir la ovulación, el modo de acción de la píldora es por naturaleza anticonceptivo, es decir, no es abortivo.
• El segundo modo de acción consiste en causar cambios en la consistencia y acidez del moco cervical, dificultando la penetración y supervivencia de los espermatozoides en el cuello uterino. Este modo de acción también es anticonceptivo.
• El tercer modo de acción consiste en causar cambios en el endometrio, que es el revestimiento del útero de forma que un óvulo fertilizado, es decir un ser humano ya creado, no pueda adherirse a la pared del endometrio para seguir creciendo y, en consecuencia, muera. En un ciclo donde la píldora no logró prevenir la ovulación y ocurre la fertilización, esta deja de tener una acción anticonceptiva y en realidad causa un aborto sin que la mujer se dé cuenta de ello.
Las mujeres que usan las minipíldoras o las píldoras anticonceptivas de baja dosis, cualquiera que sea su marca, conciben con frecuencia. Varios estudios han demostrado que las mujeres que toman estas últimas experimentan un «aborto silencioso» entre el 2 % al 65 % de sus ciclos, dependiendo de la píldora utilizada.
Por su parte, los fabricantes de las minipíldoras reconocen que esta dificulta la implantación. Por ejemplo, Syntex Laboratories anunció que su píldora de solo progestina, Norinyl, «no interfiere con la ovulación… parece afectar el endometrio de modo que no se puede implantar un óvulo fertilizado».
Las antiguas píldoras de alta dosis funcionaban principalmente espesando el moco cervical e inhibiendo la ovulación. A pesar de todo, algunas veces no lograban impedir la ovulación, por lo que, por su acción en el endometrio, las píldoras de alta dosis también tenían en ocasiones efectos abortivos. [1]
Los implantes y las inyecciones anticonceptivas tienen los mismos tres modos de acción que las píldoras, por lo tanto, en ocasiones también producen abortos sin que la mujer lo note.
Muchas mujeres que nunca considerarían un aborto usan anticonceptivos hormonales sin saber que estos les pueden hacer abortar una nueva vida una o dos veces al año en promedio. Los investigadores han calculado que la píldora anticonceptiva causa directamente entre 1 y 4 millones de abortos por año en los Estados Unidos, ¡hasta cuatro veces el número total de abortos quirúrgicos y químicos que se realizan anualmente! [2]
Es posible que estos hombres y mujeres no quieran oír que ellos mismos pueden estar cometiendo uno o más abortos «silenciosos» cada año, pero no sería intelectual ni éticamente honesto negar la verdad en este asunto. [3]
Aunque se le conoce como la «píldora anticonceptiva» su uso no necesariamente evita la concepción. A pesar de que esa puede haber sido la intención original, los avances en la medicina han llevado a que hoy en día las píldoras anticonceptivas y otros dispositivos usados para prevenir el embarazo actúen como abortivos en los casos en que no logran impedir la concepción. En otras palabras, los «anticonceptivos» hormonales no son verdaderos anticonceptivos. [4]
Fuente:
[1] Desde el inicio hasta aquí traducido de Cfr. Brian Clowes. (Abril 14, 2021). Abortifacient Brief: The Birth Control Pill. https://www.hli.org/resources/abortifacient-brief-birth-control-pill/
[2] Desde la cita anterior hasta aquí traducido de Cfr. Brian Clowes. (Mayo 11, 2017). The Birth Control Pill: Unintended Consequences. https://www.hli.org/resources/birth-control-pill-unintended-consequences/
[3] Traducido de Cfr. Brian Clowes. (Abril 6, 2017). Does Contraception Lead to Abortion? https://www.hli.org/resources/contraception-lead-abortion/
[4] Traducido de Cfr. Brian Clowes. (Abril 14, 2021). Abortifacient Brief: The Birth Control Pill https://www.hli.org/resources/abortifacient-brief-birth-control-pill/
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2. ¿Por qué se les llama “anticonceptivos” a métodos que pueden ser abortivos?
Un abortivo se define como «un agente (un fármaco) que induce el aborto». Sin embargo, los fabricantes suelen comercializar estos productos bajo el nombre de “anticonceptivos” para hacerlos más atractivos a los consumidores.
En 1963, el Departamento de Salud, Educación y Bienestar de los Estados Unidos (también conocido como HEW) definía aborto como «todas las medidas que perjudican la viabilidad del cigoto en cualquier momento entre el instante de la fertilización y la finalización del trabajo de parto». De hecho, hasta mediados de la década de 1960, los científicos reconocían universalmente que la vida humana comienza en el momento de la fertilización del óvulo por el espermatozoide, lo cual sucede en algún lugar de las trompas de Falopio [1]. La implantación del blastocisto (el ser humano en desarrollo temprano) suele tener lugar entre 7 y 10 días después de la fecundación. [2]
Para facilitar que los métodos que provocan abortos fueran aceptados en sociedades que rechazaban el aborto y para eludir las leyes diseñadas para prohibir el aborto, los promotores del control de la natalidad se dieron cuenta de que tenían que desdibujar la línea entre la prevención de la concepción (anticonceptivos) y el aborto temprano. Lo hicieron diciendo que la concepción de un nuevo ser humano no se daba en el momento de la fertilización (es decir, de la unión de espermatozoide con el óvulo) sino en el momento de la implantación que es cuando el nuevo ser humano se instala en el útero. En 1965, el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG, por sus siglas en inglés) afirmó: «La concepción es la implantación de un óvulo fertilizado».
Según la nueva definición de “concepción”, si un dispositivo o fármaco, como un dispositivo intrauterino (DIU) o un anticonceptivo hormonal, impide la implantación, entonces no se produce ningún aborto. Es importante señalar que este cambio de terminología no se basó en nuevos hallazgos científicos, sino que fue una decisión política a favor del control de la natalidad.
El doctor J. Richard Sosnowski, director del Southern Association of Obstetricians and Gynecologists (Asociación de Obstetras y Ginecólogos del Sur), un grupo miembro de ACOG, reconoció que este cambio en la terminología no era científico: “No considero bien hacer gimnasia semántica en una profesión…. Me resulta igualmente problemático que, sin evidencia científica que valide el cambio, la definición de concepción como la exitosa penetración espermática de un óvulo haya sido redefinida como la implantación de un óvulo fertilizado. Me parece que la única razón de esto fue el dilema producido por la posibilidad de que el dispositivo intrauterino pudiera causar abortos”.
En otras palabras, *los fabricantes de abortivos llaman a sus productos «anticonceptivos» no porque impidan la concepción sino porque impiden la implantación*. Este juego de palabras no tiene sustento científico.
Un verdadero método anticonceptivo previene la concepción de alguna de las siguientes maneras:
• Coloca una barrera mecánica (como un condón o un capuchón cervical) entre el espermatozoide y el óvulo para evitar que se unan.
• Espesa el moco cervical, impidiendo el fácil tránsito del esperma.
• Inhibe la ovulación, impidiendo la liberación de un óvulo maduro.
• Bloquea la trompa de Falopio o el conducto deferente mediante la esterilización sexual.
Cuando es eficaz, cada uno de estos métodos impide la creación de un nuevo ser humano.
Un abortivo es “un agente que induce un aborto”. Según el tipo utilizado, el aborto se produce impidiendo la implantación del ser humano en etapa temprana (blastocisto) en el útero o matando al niño no nacido después de que se ha implantado.
Los métodos que previenen la implantación y que causan de esta manera la muerte de un ser humano en etapa embrionaria incluyen:
• Anticonceptivos orales como la píldora
• Dispositivos intrauterinos (DIU)
• Anticonceptivos inyectables como Depo-Provera
• Implantes anticonceptivos como Norplant, Jadelle, Implanon y Nexplanon
Los métodos químicos que causan la muerte del ser humano ya implantado incluyen:
• RU-486, también denominada la píldora abortiva
• La combinación de metotrexato/misoprostol
• Los mal llamados «anticonceptivos de emergencia» o «píldoras del día después» que consisten en pastillas con altas dosis de esteroides artificiales. La marca más popular es Plan B. [3]
A pesar de las victorias políticas de la industria del control de la natalidad al influir en el lenguaje de ciertas organizaciones médicas, la embriología (el campo de la ciencia que se ocupa específicamente de los hechos biológicos del comienzo de la vida) sigue sosteniendo que un nuevo ser humano surge en el momento de la concepción o fertilización. [4] Después de todo, el único punto de inicio lógico para la creación de un nuevo ser humano es cuando dos conjuntos de 23 cromosomas se unen para dar origen a un organismo que tiene 46 cromosomas. [5]
Los embriólogos han descubierto que, desde el primer momento de la creación, el código genético del nuevo ser humano está completo, su sexo está determinado y, con la nutrición adecuada en el útero, seguirá desarrollándose como lo hace cualquier ser humano. Esto no es un punto de vista religioso, es ciencia.
Tampoco hay duda desde la ciencia sobre los efectos abortivos de los anticonceptivos en cuestión, ya que el ser humano en etapa embrionaria muere si se le impide implantarse en el útero. A pesar de esto, los fabricantes y promotores de estos métodos siguen comercializando sus productos como «anticonceptivos», sin embargo, en los folletos informativos para pacientes puedes encontrar dentro de los mecanismos de acción una referencia indirecta a su acción abortiva. Usualmente la expresan con los términos alteración, adelgazamiento o cambio del revestimiento o paredes del útero, es decir, del endometrio. Y ya sabemos que eso implica que el ser humano ya concebido no puede implantarse para continuar su proceso de crecimiento. [6]
La gran mayoría de los niños no nacidos que son abortados no mueren por succión o legrado, sino con inyecciones y pastillas. [7]
Fuente:
[1] Desde el inicio hasta aquí traducido de HLI Staff. (Noviembre 17, 2021). What are Abortifacients? https://www.hli.org/resources/what-are-abortifacients/
[2] Traducido de Brian Clowes. (Abril 20, 2017). The Conception Conundrum. https://www.hli.org/resources/the-conception-conundrum/
[3] Desde la cita anterior hasta aquí traducido de Cfr. HLI Staff. (Noviembre 17, 2021). What are Abortifacients? https://www.hli.org/resources/what-are-abortifacients/
[4] Traducido de HLI Staff. (Noviembre 17, 2021). What are Abortifacients? https://www.hli.org/resources/what-are-abortifacients/
[5] Traducido de Brian Clowes. (Abril 20, 2017). The Conception Conundrum. https://www.hli.org/resources/the-conception-conundrum/
[6] Desde la cita anterior hasta aquí traducido de Cfr. HLI Staff. (Noviembre 17, 2021). What are Abortifacients? https://www.hli.org/resources/what-are-abortifacients/
[7] Traducido de Brian Clowes. (Abril 20, 2017). The Conception Conundrum. https://www.hli.org/resources/the-conception-conundrum/
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3. ¿Disminuye el uso de anticonceptivos los embarazos no planeados y los abortos?
Desde su introducción, los expertos en «planificación familiar» aclamaron la píldora como la solución a los «embarazos no deseados». Pero las promesas de alta eficiencia condujeron inevitablemente a su uso de forma generalizada y negligente, y el uso de la píldora requiere cuidado y atención.
Cada ciclo de pastillas debe tomarse aproximadamente a la misma hora todos los días. A menudo, las mujeres se olvidan de tomar las pastillas, no las toman en el momento indicado o las pierden. Esta es la razón principal por la que se presentan casi un millón de embarazos no deseados al año entre las mujeres que toman la píldora en los Estados Unidos, más del 40 % de ellos ocurren entre las usuarias de 15 a 24 años.
La eficacia de la píldora es del 99,7 % anual. Esta altísima eficacia se da cuando la mujer goza de excelente salud y utiliza la píldora sin cometer errores. Cuando se tienen en cuenta los errores y las enfermedades de la mujer, el resultado es la tasa de efectividad real, que es del 91 % anual. Esto significa que el 9 % de las mujeres que toman la píldora quedarán embarazadas en cualquier año de uso.
La tasa de efectividad real del 91 % todavía suena alta hasta que calculamos la probabilidad de que una mujer quede embarazada cuando la usa durante un período prolongado:
• 9 % de probabilidad de quedar embarazada en el primer año
• 25 % en tres años (una mujer de cada cuatro)
• 38 % en cinco años
• 61 % en diez años.
En resumen, si una adolescente de 15 años sexualmente activa usa la píldora de forma continua, ¡cuando tenga 22 años tiene casi un 50 % de posibilidades de quedar embarazada!
Estas tasas van de la mano con las cifras del Instituto Alan Guttmacher (el principal analista de estadísticas de abortos del mundo) que muestran que la mitad de las pacientes que abortaron hace treinta años estaban usando anticonceptivos durante el mes en el que concibieron. La situación no ha mejorado, a pesar de décadas de campañas publicitarias.
Un estudio de Marie Stopes International de 2007 encontró que el 43 % de las mujeres que abortaron estaban usando la píldora cuando quedaron embarazadas y otro 27 % había usado condones. Y en 2014, el Servicio Británico de Asesoramiento sobre Embarazo (BPAS, por sus siglas en inglés), la mayor cadena de centros de abortos del Reino Unido, descubrió que el 27 % de las mujeres que abortaban estaban tomando la píldora cuando quedaron embarazadas, mientras que el 35 % había usado condones. [1]
Algunos afirman que a medida que aumente el uso de anticonceptivos los «embarazos no deseados» y los abortos tanto legales como ilegales disminuirán. A primera vista, esto parece lógico. Después de todo, la auténtica anticoncepción —la no abortiva— está diseñada para detener las concepciones y, a menos concepciones, menos abortos. Sin embargo, esta teoría no funciona en el mundo real, porque el uso a gran escala de anticonceptivos aumenta considerablemente la tasa de actividad sexual, lo que, combinado con las fallas en los métodos y en el uso, conduce inevitablemente a un enorme incremento en el número de embarazos no planificados, muchos de los cuales desafortunadamente terminan en abortos.
Nada menos que el «sexólogo» más famoso de Estados Unidos, Alfred Kinsey, admitió: «A riesgo de ser repetitivo voy a recordar que hemos encontrado la mayor frecuencia de abortos inducidos en el grupo que, en general, utiliza con mayor frecuencia anticonceptivos.” Y el estadístico más experimentado en materia de abortos del mundo, Christopher Tietze, dijo: «Se puede esperar una alta correlación entre la experiencia del aborto y la experiencia con los anticonceptivos en poblaciones en las que tanto la anticoncepción como el aborto están disponibles… Las mujeres que han usado anticonceptivos tienen más probabilidades de haber abortado que aquellas que no los han usado, y las mujeres que han abortado tienen más probabilidades de haber utilizado anticonceptivos que las mujeres sin antecedentes de aborto”.
Malcolm Potts, exdirector médico de la International Planned Parenthood Federation (IPPF), reconoció el vínculo entre anticoncepción y aborto en 1981 cuando dijo: “A medida que la gente recurra a la anticoncepción, habrá un aumento, no una caída, en la tasa de abortos”. La Dra. Judith Bury de Brook Advisory Centres de Canadá confirmó la opinión de Potts cuando dijo: «Existe evidencia abrumadora de que, contrariamente a lo que podría esperarse, la provisión de anticonceptivos conduce a un aumento en la tasa de abortos». [2]
San Juan Pablo II señaló que la anticoncepción y el aborto son «frutos de una misma planta». «De hecho», escribe, «la cultura abortista está particularmente desarrollada justo en los ambientes que rechazan la enseñanza de la Iglesia sobre la anticoncepción» (Evangelium vitae). [3]
El Cardenal Alfonso López Trujillo, quien fue Presidente del Pontificio Consejo para la Familia, dijo: «Conseguir una sexualidad humana ‘correcta’ es uno de los grandes desafíos de nuestro tiempo. La mentalidad antivida comenzó, no con el aborto, sino separando la sexualidad de la transmisión de la vida mediante la anticoncepción y la esterilización. Como señala el Santo Padre en la encíclica Evangelium Vitae, ‘A pesar de su diversa naturaleza y peso moral, muy a menudo [la anticoncepción y el aborto] están íntimamente relacionados’”. [4]
Fuente:
[1] Desde el inicio hasta aquí traducido de Brian Clowes. (Mayo 11, 2017). The Birth Control Pill: Unintended Consequences. https://www.hli.org/resources/birth-control-pill-unintended-consequences/
[2] Desde la cita anterior hasta aquí traducido de Cfr. Brian Clowes. (Abril 6, 2017). Does Contraception Lead to Abortion? https://www.hli.org/resources/contraception-lead-abortion/
[3] Traducido de HLI Staff. (Enero 20, 2014). An Introduction to Church Teaching on Contraception. https://www.hli.org/resources/intro-church-teaching-contraception-hli/
[4] Traducido de Cfr. Brian Clowes. (Abril 6, 2017). Does Contraception Lead to Abortion? https://www.hli.org/resources/contraception-lead-abortion/
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